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| In memoriam, Juan Miquel |
2008-10-25 |
Hace unos días, una llamada de teléfono de una compañera (y sin embargo, amiga) me informó de la muerte del Profesor Juan Miquel. A los setenta y siete años, la parca le había pillado haciendo lo que más le gustaba: investigar y aprender para enseñar. La figura de Juan Miquel González de Audicana, antiguo Catedrático de Derecho Romano en la Universidad de La Laguna, siempre se evocó en la Facultad como la de un personaje semi-mítico. Mi profesor de Derecho Administrativo contaba anécdotas acerca de lo que eran las clases que él había recibido: de cómo había dado una sesión completa hablando en latín, de su deseo de comprender mejor determinadas cosas acerca del mundo que le rodeaba (lo que le llevó a estudiar Medicina)… A los de mi quinta ya no les había tocado la docencia del Profesor Miquel que, sin embargo, seguía estando presente en los manuales que había publicado un par de años antes y que constituían la piedra de toque de la asignatura Derecho Romano. Sería después de la Licenciatura, ya metido de lleno en el Doctorado, cuando podría verle por fin en vivo y en directo, durante un Seminario de Derecho Comparado que aún se celebra en la Facultad de Derecho. Allí pude ser testigo de su capacidad para hilvanar temas, relacionando la tradición jurídica occidental con el estudio del japonés, las Matemáticas de los árabes con la partición hereditaria, la figura de la Emperatriz Teodora de Bizancio con los conflictos entre el Imperio y el Papado durante la edad media. Juan Miquel era un erudito en toda la extensión de la palabra, pero era igualmente una persona afable, campechana y cargada de anécdotas, a la que se podía consultar sobre cualquier tema, y que siempre encontraba una respuesta o indicaba un camino en el que seguir la investigación. Durante once ediciones del citado seminario, Juan Miquel volvió a la Universidad de La Laguna, donde varias generaciones de juristas pudieron seguir disfrutando de su magisterio, y varias generaciones de profesores comprendimos lo mucho que nos quedaba por saber. Escuchándole, uno volvía a ser estudiante, constituyendo un buen recordatorio de esa realidad que no puede ser negada, que es la de que nunca dejamos de aprender. Juan Miquel, el Profesor Miquel, murió como había vivido: ejerciendo de universitario. Queda la satisfacción de haberle conocido, la riqueza de haber aprendido escuchándole y la pena de que la fuente de ese conocimiento se haya secado para siempre.
Enviado por lcapote a las 23:36 | 15 Comentarios | Enlace
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Comentarios
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| De: Fujur |
Fecha: 2008-10-27 12:47 |
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Treméndamente emotivo. El Profesor Miquel nos deja un vacío que, acaso nadie, será capaz de llenar. Con él se va el mayor romanista de nuestros tiempos, y sin duda alguna, uno de los cinco mejores juristas españoles, acaso también europeos, del siglo XX.
Murió como los héroes! sólo que rodeado de sus amigos (los libros), que no enemigos, sustantivo del que estaba falto, virtud de su gran afabilidad, como bien nos dices.
un abrazo!
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| De: Ana |
Fecha: 2008-11-01 16:25 |
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Hola Luis
Siento mucho que una persona como describes haya muerto.. me alegro de que lo pudieras conocer y disfrutases de su persona, eso es lo que queda en tí y que no te va a poder quitar nadie.
Muchos besos, corazoncito :)
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| De: Baraka |
Fecha: 2008-11-11 00:32 |
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Profesores como esos son los que mantienen viva la diferencia entre la Auctoritas y la Potestas, los que realmente hacen que los que intentamos emularlos no nos conformemos con leer la lección y especializarnos en una única cosa.
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| De: el de la Malvarrosa |
Fecha: 2009-02-03 12:18 |
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Sé que los tipos como tú no resisten una crítica y que borrarás lo que voy a escribir, pero un texto tan insubstancial y tan cursi no puede empeorarse: mejor borra esta payasada para tu propio bien. Parece el texto de un dudamericano asalado de patológica verborrea: tal vez ese sea el problema...
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Pues no, persona anónima: la mantendré aquí, porque si a alguien define la ¿crítica? es a quien la ha escrito. Y porque quien expone, se expone. En todo caso, comprenderás que no voy a seguir los consejos del primer soplapollas que pasa a rebuznar por aquí. Por cierto ¿qué es un "dudamericano asalado"? A lo mejor el problema es que, para criticar lo que escriben los demás, hay que saber escribir o intentar hacerlo sin faltas de horticultura. Un saludo, y procure no darse con la puerta al salir.
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| De: tpcl |
Fecha: 2009-02-16 14:11 |
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Yo no me dedico a la mecanografía (para escribir en un lugar así ya va bien) , pero si fueras buen entendedor, que se ve con claridad y a simple vista que no, habrías captado lo que te digo. Se aprecia tu cursilería, verborrea y carencia absoluta de ideas. Te pareces al homenajeado, uno de los mayores desatres pedagógicos al que tuve la humorada de tratar allá en Canarias. NO ESCRIBAS, ERES UN DESASTRE, UNA SOBERANA MIERDA. Seguro que esto lo borras....
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| De: tpcl |
Fecha: 2009-02-16 14:11 |
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Yo no me dedico a la mecanografía (para escribir en un lugar así ya va bien) , pero si fueras buen entendedor, que se ve con claridad y a simple vista que no, habrías captado lo que te digo. Se aprecia tu cursilería, verborrea y carencia absoluta de ideas. Te pareces al homenajeado, uno de los mayores desatres pedagógicos al que tuve la humorada de tratar allá en Canarias. NO ESCRIBAS, ERES UN DESASTRE, UNA SOBERANA MIERDA. Seguro que esto lo borras....
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| De: tpcl |
Fecha: 2009-02-16 14:25 |
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Per cierto, muchacho, o no tuve ningún problema con él cuando me calificó, pero después he constatado su incorregible tendencia a hablar de lo que ignoraba. Hablaba de Bizancio delante de los notarios y de Derecho registral delante de los expertos en bizantinología. Menos mal que lo que tú digas a nadie le importa... A partir de ahora, escribas lo que escribas no te contestaré y sé que no dejarás estas críticas. Piensa bien antes de alabar o mejor, en estos casos alaba poco y nunca....
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Aaaah, acabáramos. Tenemos por aquí a un cliente insatisfecho que pretende imponer su opinión sobre el difunto profesor al resto del mundo. Y por cierto, que excusatio non petita, acusatio manifesta. No tuviste problema cuando te calificó. A lo mejor es que ÉSE era el problema. Pero francamente, me da igual. Yo hablo desde mi experiencia, tú desde la tuya. No pretenderás que cambie de opinión sólo porque el profe te tuviera manía, chavalín. Y sigo sin tener intención de cambiar o de quitar cosas sólo porque a un soplapollas (que no es el primero, ni será el último) se le ocurra venir aquí a gimotear.
Evidentemente, la mecanografía no es lo suyo. Los ordenadores, tampoco. Que ha publicado dos veces el mismo comentario. Pero cuando se va por la vida pontificando, hay que predicar un poco con el ejemplo, que luego pasa lo que pasa. Y el mensaje ha quedado captado: es usted un gilipollas amargado que, seguramente, en vida del mentado no tuvo huevos de decir a la cara todas esas cosas. Es lo que tiene el anonimato: que es un buen refugio para cobardes, hipócritas y demás entes de mal vivir. Por cierto, que muchísimas gracias por el halago que me ha brindado, aunque no creo yo merecer tal comparativa, francamente. El resto se queda, porque si a alguien define es a quien lo ha escrito. Después de todo, me preocuparía mucho si un soplagaitas como usted me dirigiera cualquier halago.
Y los consejos, por cierto, se los puede meter por el reverendo culo. Ya le dije que no tenía intención de cambiar mi criterio por los rebuznos de un individuo que predica como cortesana las virtudes de la castidad, dicho sea con el debido respeto a las cortesanas, que de seguro no merecen la comparanza con un elemento de su jaez. Por cierto, que si tan despreciable es esta bitácora ¿por qué pierde usted el tiempo en ella? ¿por qué vuelve a por más? ¿Es algún deseo masoquista de recibir un poco de fufa dialéctica? Cada cual con sus gustos, pero ya el tiempo dirá si tiene usted palabra o si, por el contrario, es tan valorable como su valor o su sinceridad. Por supuesto, la puerta siempre estará abierta, porque reconozco que sus bufonadas me hace reír :)
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| De: Anónimo |
Fecha: 2009-02-16 19:25 |
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A mí también me divierten las canariadas. Me reí mucho de los chicharreros y por lo visto engañó a algunos incautos con poca o ninguna formación como tú. Gracias por las paridas, jadario....
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| De: al chicharrero |
Fecha: 2009-02-16 19:26 |
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Pues entonces, aquí seguiré censurando lo mal que escribes. Sin preocuparme de teclear bien, ya que tú lo haces con los huevos y así te salen los artículos. A mí también me divierten las canariadas. Me reí mucho de los chicharreros y por lo visto engañó a algunos incautos con poca o ninguna formación como tú. Gracias por las paridas, jadario....
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| De: al chicharrero |
Fecha: 2009-02-16 19:27 |
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Ah, yo no soplo ni absorbo pollas, me contento con comerme el coño de tu puta madre...
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Oooooh, ha vuelto, ha vuelto. Y rebajando el nivel de los ¿argumentos? Venga, venga. Que tus peloteos no surtieron efecto y el jamón, el queso y el vino no ganaron el sobresaliente. Uy, uy, y ahora toca meterse con los canarios y los tinerfeños. Me disculpará si no me meto con los oriundos del lugar donde a usted le trajeron al mundo, que bastante castigo tienen con tener a un soplapollas como paisano. Y porque, después de todo, sigue sin tener usted huevos de dar la cara.
Y no se preocupe, que seré comprensivo con sus carencias a la hora de escribir, que si tiene que postear varias veces el mismo texto, y ni aún así resulta comprensible. Comprendo que sea usted un analfabeto informático, y quizá con paciencia y una caña pueda usted llegar a escribir algo de interés... Por de pronto, las risas las tengo aseguradas. Y lo de "censurar", más quisiera su merced, pero seguiré escribiendo lo que me venga en gana. Que digo yo, una vez más, si es tan despreciable ¿por qué vuelve a por más? ¿Tanto le jode que la gente piense distinto u opine diferente? Pues si es así, tiene jodienda para rato. Rebuzne todo lo que quiera, pero ¿censurar? Uy, uy, uy. Veo yo aquí reminiscencias de otros primates humaniformes caracterizados por el monopensamiento (y la ausencia de neuronas): ¿Fue usted un aprendiz de Sila? ¿un fan de Hítler? ¿un adorador de Stalin? ¿un émulo de Pol Pot? ¿un acólito de Pinochet?
Y mi madre bien, gracias. Al menos yo puedo decir quién es ella. La suya se avergüenza de haber cagado mierda en un saco vitelino. Y lo de comer lo comprendo. Con esos micro-huevos que se gasta, propios de quien desde el anonimato se contenta vilipendiando la memoria de un muerto, no puede aspirar a nada más. Es usted, talmente, como aquel vampiro al que cantaban Juampa y la Raja.
Y por supuesto, la puerta está abierta. Al menos hasta que me aburra de jugar al pim-pam-pum con alguien que parece tener la utilidad y las neuronas de un saco de boxeo. Porque si esto último es lo mejor que puede ofrecer, no quiero pensar cuál será su próxima diatriba. Lo dicho: tómese la pastillita y procure no darse con la puerta al salir. Un cordial abrazo, a la espera de que se cure algún día de lo suyo.
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| De: juanan |
Fecha: 2009-02-17 19:31 |
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Vaya gente se le mete en su bitácora, doctor Capote. Parece que los atraiga Ud.
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Es parte del equilibrio cósmico, Bi-Licenciado Rodríguez. En todas partes ha de haber un armador de pigmeos con ballesta o un abridor de cerraduras con lápiz.
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