Título: Thor. Por Asgard Formato: Serie limitada recopilada en un tomo en tapa dura de la serie de novelas gráficas Marvel Autores: (G) Robert Rodi (L) (T) (C) (P) Simone Bianchi Editorial: Marvel Comics / Panini Comics Precio: 15 € Comentario: El estreno de la película del dios del trueno hace unos meses ha provocado –¡cómo no!- la salida al mercado de todo tipo de tebeos protagonizados por el asgardiano del martillo, los cuales van llegando poco a poco a los puntos de venta de por aquí. No está nada mal, si tenemos en cuenta que la colección regular de Thor ha pasado en España más tiempo refugiada en los tomos recopilatorios, las revistas bimestrales y demás formatos de socorro que con su propia cabecera, la cual nunca ha alcanzado la cincuentena de números. Son las cosas de un tirón mediatico que permite a diversos autores acercarse y contar algo del estandarte de la mitología nórdica pasada por el tamiz marveliano. En esta ocasión tenemos otra de esas recopilaciones en formato lujoso que Panini saca, aprovechando el bombo que aportan guionista y / o dibujante. Por Asgard combina la presencia del ilustrador italiano Simone Bianchi y el guionista Robert Rodi. El primero lleva varios años trabajando directamente para el mercado estadounidense, siendo ya sobradamente conocido a través de sus trabajos en El Caballero Brillante (con Grant Morrison), Lobezno (con Jeph Loeb) o Astonishing X-Men (con Warren Ellis). Su estilo de trabajo, colorido y recargado, nunca deja indiferente pero, siendo a veces poco adecuado para determinado tipo de tebeo, sirve a la perfección a la hora de ilustrar a los dioses normandos y su mítico mundo. Su Asgard es dura, salvaje y mágica, siendo fácilmente reconocibles los diseños originales, a los que añade altas dosis de barbarismo y su abigarrado toque personal. Por su parte, Robert Rodi es un viejo conocido de la afición “thorita”, pues hace ya unos cuantos años realizó una miniserie (probablemente, la primera que Panini recopiló en el formato de novela gráfica) centrada en Loki, el príncipe de lo falso y orquestada para contar la historia de su conflicto con Thor desde la perspectiva del primero. Su particular visión del dios de la mentira como un ser atado por los hilos del destino al conflicto con su hermanastro gustó lo bastante como para que una segunda incursión en el universo asgardiano por su parte fuera recibida con interés. En principio, tenemos en el apartado creativo buenos mimbres, así que veamos qué clase de cesto se ha fabricado. Rodi y Bianchi nos presentan al reino de Asgard aquejado por un invierno permanente, que empieza a recibir el acoso constante de sus enemigos seculares y que no cuenta con la presencia de Odín. El padre de todos ha partido a la búsqueda de un conocimiento que permita superar una crisis cuyo final parece arrojar a los dioses a su final. Balder el bravo ha caído y en una tierra yerma no pueden florecer los frutos que otorgan la eterna juventud a los aesires. La carga de la regencia ha recaído sobre Thor, el cual no solo ha de enfrentarse a los embates exteriores, sino también a las disensiones internas, concretadas en quienes cuestionan las decisiones de su gobierno y en quienes conspiran para dinamitarlo. Como puede comprobarse, el punto de partida no es lo que se dice original: si hay un argumento utilizado hasta la saciedad en casi cincuenta años de tebeos marvelianos es el destino que aguarda a la creación según la mitología escandinava. El crepúsculo, el fin del mundo, el ragnarok, la batalla final… Es lo que se hace con estos cimientos lo que hace que la historia pueda resultar repetitiva o novedosa, aburrida o interesante. Rodi vuelve a demostrar su gusto por el tema a tratar, pues los primeros compases del desarrollo de la trama enganchan bastante, sobre todo a base de presentar a Thor como el poderoso guerrero de siempre que, pese a su poder, no logra desviar el camino a la perdición que se presenta para Asgard. El dios del trueno no es un regente pusilánime o timorato, pero sus sucesivas estrategias parecen condenadas al fracaso. Echa en falta la sabiduría de Odín, el cual descubre que las respuestas al enigma que aqueja a su dominio son amargas y terribles. En esto, don Robert aleja un poco su imagen del reino asgardiano marveliano arquetípico, para acercarla a la más despiadada versión mitológica tradicional. Sin embargo, da la sensación de que el desarrollo de la segunda parte de la historia ha sido ejecutado de forma mucho más atropellada. Determinados problemas quedan resueltos de forma un tanto apresurada y hasta improvisada, al tiempo que deja abiertas (quizá demasiado) algunas tramas, en la esperanza de volver a ellas en algún momento del futuro. El resultado final es una historia que empieza bien pero que termina a la carrera, quedando mucho menos perfilada que la incursión anterior del guionista en el mundo de Thor. Las ilustraciones de Bianchi son ciertamente impresionantes, ya que Asgard parece ser el escenario ideal para que el caballero dé rienda suelta a su talento. No hay dos sin tres, así que habrá que ver qué nueva historia de corte nórdico deparará en el futuro Robert Rodi. Reseña publicada originalmente en Zona Negativa el 8 de agosto de 2011.
Enviado por lcapote a las 11:42 | 0 Comentarios | Enlace
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