Me entero a través de un re-trino de Enrique Rodríguez Coello de la muerte de Miquel Obiols Prat, un nombre que asocio inevitablemente al final de lai nfancia y al principio de la adolescencia. A los días en los que había una cadena y media de televisión y una programación infantil. El primer nombre con el que lo asocio es con «Planeta Imaginario», un espacio inclasificable, de ésos que de niño no entendías y que luego, ya como adulto, redescubrías con un montón de lecturas. «Planeta Imaginario» entra dentro de aquellos espacios de los primeros ochenta, que generaban tanta fascinación como rechazo. Como «La Bola de Cristal» o, un poco antes, las apariciones de Gloria Fuertes con sus cuentos y poesías. Era pura marcianada desde su sintonía, la versión de «Arabesco n.º 1» de Isao Tomita y visto con perspectiva, el esfuerzo de hacer historias con marionetas, recortables, sombras chinescas debió de ser considerable. Más las aventuras de Flip, Muk y Maletín, claro. Después llegó el concurso «Juego de Niños» donde aparecieron los gallifantes. El espacio contó con la presentación de Amparo Soler Leal, Tina Sainz, Xavier Sardá e Ignacio Salas y creo que no me dejo a nadie. Adultos intentando descifrar lo que decían los niños. Ya en los noventa vendrían programas como «Pinnic» o «Programa + o - x o :». Ya no eran para mí, pero seguía identificando ese toque un tanto surrealista que tenían los trabajos del señor Obiols Prat. La noticia de su deceso me ha hecho recordar que, en su momento, no terminé de digerir sus programas pero, con el tiempo, les acabé cogiendo el gusto. Todavía hoy, recuerdo la fascinación y la inquietud que me generaron algunas historias narradas en «Planeta Imaginario». En todo caso, aquí queda el recuerdo de un televidente agradecido.
Enviado por lcapote a las 19:07 | 0 Comentarios | Enlace
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